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viernes, 9 de febrero de 2018

Partidos políticos en El salvador: Establecimiento y continuación del neoliberalismo



Al hablar de partidos políticos, es necesario incluir a la misma democracia, ya que se considera que las organizaciones políticas (partidos en específico) son una vía para que la población pueda participar y estar inserta en las decisiones que se toman desde el aparato estatali. Al ser así, se puede precisar en estricto sentido lo que significa democracia (etimológicamente vendría siendo “demos” ‘δῆμος’ y “Krátos” ‘κράτος’); pero en un sentido amplio como lo señala Borón (2006; p.48) -La democracia es una forma de organización del poder social en el espacio público inseparable de la estructura económico-social sobre la cual dicho poder descansa -. Por ello en El Salvador cuando se habla de democracia se debiera aludir al poder social que influye en las decisiones públicas como también de la estructura económica; al vivir en una “democracia representativa” los electos por voto popular deberían ser los que velen por los intereses de las grandes mayorías; a este respecto nos adentramos analizando la manera de hacer política de dos grandes partido políticos que han gobernado en el país, su papel en el establecimiento del modelo neoliberal y la continuación de su esencia; dando a entender que ningún programa de gobierno persigue el objetivo de superar el modelo.
  • El partido ARENA
El partido Arena (Alianza Republicana Nacionalista de El Salvador) fundado en 1981, es una organización política que encabeza un proyecto de gobernanza y poder a favor del liberalismo económico; representa los intereses de los grupos empresariales salvadoreños. Era de esperarse que en su llegada al poder en 1989, ejecutara un plan de gobierno inspirado en un “recetario” publicado por la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y social (FUSADES) titulado “Hacia una economía de mercado en El Salvador: una estrategia de desarrollo económico y social”. Básicamente la implementación de políticas económicas estuvieron encaminadas a la privatización, desregulación y a la apertura externa; esto según sus objetivos era para “Obtener un crecimiento robusto y  sostenido en el tiempo y elevar las condiciones de vida de toda la población, con énfasis en los grupos desposeídos. (Plan de desarrollo económico y social 1989-1994; Pág.11); Pero la realidad ha sido otra; por ejemplo al perseguir el “anhelado” crecimiento; este durante el periodo 1990-2009, que estuvieron en el poder ejecutivo, el producto interno bruto a precios constantes experimento una tasa promedio en crecimiento del 3.4% (ver gráfico Nº 1)
Gráfico Nº 1: Tasas de crecimiento del PIB a precios constantes en El Salvador
Por el contrario Costa Rica creció al 4.5%, Guatemala al 3.7% y Honduras al 3.6%. Con respecto a las condiciones de vida según datos de la CEPAL en El Salvador durante el periodo 1990-2009, el 50.24% de la población vivía en condiciones de pobreza e indigencia; similar a países pobres como Guatemala y Honduras; Comparado con Costa Rica que para el mismo periodo este indicador se situó en 21.1%; se infiere que en El Salvador las condiciones de vida de las grandes mayorías no han mejorado sustancialmente; cabe hacer la consideración que la pobreza que se mide por esta institución es por el “ingreso”, la cual se ha demostrado que es insuficiente para cuantificar las verdaderas condiciones de vida de las personas, pero aun con esta salvedad, para El Salvador la pobreza es un fenómeno latente, que no ha cambiado con la consolidación del modelo neoliberal; que toma forma en el país con la ascensión del antes mencionado partido.
  • Continuidad del modelo neoliberal: Programas del FMLN
En El Salvador con la ascensión del partido FMLN (Frente Farabundo Martí Para La Liberación Nacional) al poder en junio del 2009, se podría decir que se consolida e bipartidismo. De esta manera tal como señala (López 2006; pp.10) al referirse a los sistemas políticos de la ‘mayoría’ de países capitalistas “[…] los partidos se han convertido en un mecanismo para conquistar el poder en todos los espacios sociales en que pueden penetrar, sin preocuparse por la realización o ejecución de un programa que los identifique con las necesidades o aspiraciones colectivas”. Si bien es cierto que hay varios programas que ha impulsado este gobierno que han beneficiado a la clase trabajadora, el núcleo mismo del modelo neoliberal no ha sufrido ningún cambio; tal son las funciones del Estado en la participación económica por medio de la producción de bienes y servicios (Aunque todavía se provee algunos servicios como el agua y parte de la educación); la regulación de precios, aplicación de la política monetaria que al ser una economía dolarizada ya no es posible utilizarla, mejoramiento de las condiciones de vida de la población trabajadora al indexar salario, ampliación de la cobertura del sistema de pensiones y otras. Además al insertarse en el proceso globalizador de la economía no se cuenta con un tejido productivo que nos permita desarrollar nuestra economía y potenciar el crecimiento; los esfuerzos en la inversión en I+D son insuficientes, el apoyo a las pequeñas unidades productivas no es generalizado.
Al tener en cuenta que el fenómeno del modelo neoliberal es un entramado complejo ya que “[…] disuelve las fronteras nacionales a favor de un proyecto global mediante la ejecución de un programa de reestructuración económica que conlleva la reestructuración política que redistribuye el poder entre el Estado y la sociedad hacia los grupos locales con mayor orientación transnacional”. (Hernández, 2007; pp.82); se establece de esta manera que durante el periodo que ha estado en el ejecutivo el FMLN no han cambiado las estructuras de poder económico esencialmente son los mismos dueños del capital nacional y en el nuevo escenario neoliberal también se incluye el capital transnacional.
La continuidad del “estatu quo” se plasma aun en los programas de gobiernoii; al hacer una revisión de cada uno de ellos se visualiza que en algunos casos mencionan el agotamiento del modelo; basado en una competitividad ‘espuria’ dada por los bajos salarios, exenciones fiscales; pero no se plantean reformas estructurales que darían paso a un nuevo ordenamiento económico que transformaría el tejido productivo nacional, persiguiendo un crecimiento sostenido, equilibrado y equitativo; ya que en el neoliberalismo con su teoría del “rebalse” no es posible que los frutos de la producción se trasladen equitativamenteiii.
Si bien es cierto que romper con las antiguas estructuras hegemónicas presentes en la realidad nacional es una tarea ardua y que enfrentara desde el mismo comienzo la más férrea oposición; se vuelve imprescindible que suceda, pero por el momento se puede concluir que el actual modelo se implementó y se ha consolidado por las gestiones de los gobiernos de ARENA y el FMLN quién no ha logrado impulsar reformas encaminadas a superar el neoliberalismo.
Por el momento la agrupación social (base para la transformación del orden existente) se ha debilitado, el partido oficialista (FMLN) que se denomina de ‘izquierda’ pero que impulsa políticas al estilo de las derechas, no representa los intereses de las grandes mayorías. Una vía para lograr los cambios requeridos seria el fortalecimiento del movimiento social, pero esto requiere una reflexión aún más profunda.
Notas:
i Desde una visión marxista tal como lo plantea (Rodríguez, 2015; pp. 149) considerando al “[…] Estado como el instrumento político propio de las sociedades escindidas en clase sociales para su utilización por la clase dominante con el objetivo de mantener la explotación y la dominación sobre las clases subalternas”. Se puede entender que al interior de la democracia capitalista es difícil generar una ruptura con el sistema; pero es posible hacerlo con el tipo de modelo que representa en un momento histórico a este sistema.
ii El programa de la gestión de Mauricio Funes incluye una interesante mención “La inviabilidad del presente modelo económico y social se evidencia en el hecho de que en las últimas dos décadas el crecimiento registrado ha sido bajo e inestable. El Salvador ha mostrado en los últimos quince años un comportamiento que está por debajo de las tasas de crecimiento de la economía mundial, así como de las correspondientes a los países en desarrollo, a las de los países latinoamericanos y a las de sus pares centroamericanos. Esto revela profundas debilidades estructurales más allá de las fluctuaciones propias de los ciclos económicos”. (Plan quinquenal de desarrollo 2010-2014; pp. 21)
iii El hecho de apropiarse del valor nuevo generado por la clase trabajadora y de la realidad de su explotación, es propio del sistema capitalista, pero en un momento del devenir histórico se vuelve imprescindible superar los modelos agotados, que como efectos empeoran en sobremanera las condiciones de vida de las grandes mayorías.
Referencias
  • López, José. Los partidos políticos en el sistema capitalista. Díaz, Emilio (Comp.)Teoría y procesos políticos contemporáneos Tomo I (pp. 263). La Habana, Cuba: Editorial Félix Várela.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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