Somos un Colectivo que produce programas en español en CFRU 93.3 FM, radio de la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, comprometidos con la difusión de nuestras culturas, la situación social y política de nuestros pueblos y la defensa de los Derechos Humanos.

viernes, 12 de mayo de 2017

Mi juicio por corrupción, una "gran farsa", manifiesta Lula


Denuncia el ex gobernante brasileño la farsa judicial; miles lo respaldan en Curitiba
Tras declarar ante el juez Moro, Lula reitera: no tienen ni una prueba en mi contra
Lo acusan de ser dueño de un departamento recibido como soborno de la constructora OAS

Foto
Luego de rendir declaración durante cinco horas ante el juez de la operación Lavado Rápido, en la ciudad de Curitiba, Luiz Inacio Lula da Silva dirigió un mensaje a sus seguidores en un mitin celebrado en la plaza Santos Andrade, donde estuvo acompañado por Dilma Rousseff

Quieren que sea masacrado antes de ser juzgado, proclamó el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2011) la noche de este miércoles ante miles de seguidores. Previamente, durante una audiencia de unas cinco horas ante el juez Sergio Moro, en la cual negó todas las acusaciones de corrupción que pesan en su contra, denunció ser sometido a una farsa judicial.
Lula, de 71 años, dijo ser víctima de un ensañamiento legal que busca impedir su regreso al poder en 2018, en un mitin ante miles de partidarios que viajaron a la sureña ciudad de Curitiba para apoyarlo en la conservadora “capital de Lavado Rápido”, la operación que reveló la existencia de una red de sobornos en la estatal Petrobras.
“Como considero que este proceso es ilegítimo y la denuncia una farsa, estoy aquí en respeto a la ley y la Constitución, pero con muchas objeciones al comportamiento de los fiscales de Lavado Rápido”, declaró Lula, según se ve en los videos liberados por la justicia tras el interrogatorio que se llevó a cabo a puerta cerrada.
Perfecto, replicó Moro. Pero esta es una oportunidad que tiene usted para defenderse y aclarar todo, agregó.
Aunque el juez no autorizó la grabación del interrogatorio, que comenzó a las dos de la tarde y terminó después de las siete de la noche, varios medios publicaron fragmentos del mismo. Bien preparado para refutar los cargos, Lula reiteró que hasta ahora no ha visto pruebas concretas en su contra.
Hoy pensé que mis acusadores iban a mostrar una escritura, un pago, alguna prueba, pero no tenían nada. No quiero ser juzgado por interpretaciones, quiero ser juzgado por pruebas, dijo Lula más tarde ante seguidores.
Moro pretende demostrar que Lula es propietario de un departamento tríplex ubicado en el balneario de Guarujá, en Sao Paulo, que habría recibido de la constructora OAS a cambio de ventajas indebidas, a pesar de que no hay pruebas.
Nunca solicité y nunca recibí ese departamento, sostuvo Lula, quien lució molesto en buena parte de su declaración aunque, a ratos, también desafiante.
El líder de la izquierda admitió haber visitado el inmueble con un ejecutivo de OAS que quería vendérselo, pero dijo que no le gustó y le pareció que tenía 500 defectos, además de que era pequeño para una familia con cinco hijos y varios nietos.
Declaró que sólo abordó el tema en dos ocasiones con Léo Pinheiro, ex presidente de OAS, e insistió en que después descartó quedárselo.
En el mitin posterior celebrado en la plaza Santos Andrade, donde estuvo acompañado por Dilma Rousseff, presidenta depuesta, Lula se dijo víctima de una encarnizada persecución judicial. Están viendo a alguien que está siendo masacrado, afirmó Lula en su arenga, en la que evocó en varias ocasiones la posibilidad de presentarse a las elecciones de octubre de 2018.
Me estoy preparando para volver, proclamó el ex líder sindical y cofundador del Partido de los Trabajadores (PT) ante la multitud que coreaba: Lula, ladrón, robó mi corazón.
Si un día tuviera que mentirles, prefiero que un autobús me atropelle en cualquier calle de este país, expresó entre lágrimas.
Lula fue recibido por una multitud a su llegada a Curitiba, procedente de Sao Paulo, y al término del interrogatorio miles lo esperaban en la plaza Santos Andrade.
Rousseff tomó el micrófono antes que Lula y expresó su emoción inmensa por la fuerte movilización popular. También remarcó su alegría por saber que Brasil no seguirá por el mismo camino recorrido hasta ahora, de golpe, de atrasos, en referencia a las reformas del gobierno de Michel Temer, quien asumió el Ejecutivo tras su destitución.
Miles de brasileños de organizaciones sociales de izquierda como el Movimiento de los Sin Tierra y sindicatos como la Central Única de los Trabajadores, se desplazaron en estos días a Curitiba para acompañar al ex presidente en su comparecencia.
La sentencia del juez Moro debe conocerse en un plazo de 45 a 60 días, aunque algunos analistas apuntan que podría ser en apenas un mes.
La fiscalía acusa a Lula de haber recibido 3.7 millones de reales (1.16 millones de dólares al cambio actual) de OAS, que incluyen el departamento de Guarujá y el financiamiento del almacenamiento de sus bienes personales y de su acervo presidencial entre 2011 y 2016.
El expediente, conocido como el departamento de Guarujá, es una de las cinco acusaciones que hasta el momento pesan sobre Lula por corrupción pasiva, lavado de dinero, tráfico de influencias y obstrucción a la justicia.
Los sondeos vaticinan para Lula una amplia ventaja en la próxima contienda electoral, aunque también muestran que es uno de los políticos con mayores índices de rechazo.
La conservadora y próspera Curitiba, capital de Paraná, vivió una jornada de tensión en medio de fuertes medidas de seguridad, para evitar choques con los lulistas movilizados por el PT y por organizaciones rurales y sindicales con los defensores de la operación Lavado Rápido.
De acuerdo con las leyes brasileñas, Lula no podría postularse a las elecciones de octubre de 2018 si una eventual condena es ratificada en segunda instancia. Este proceso suele demorar un año.
El juez Moro, de 44 años, considerado ícono de la lucha contra la corrupción, apremió a sus admiradores a permanecer en sus casas para evitar enfrentamientos.
Y aunque la mayoría siguió su consejo, algunos grupos se manifestaron con un muñeco gigante con la figura del ex presidente vestido de presidiario al grito de: Lula, ladrón, tu lugar es la prisión.
En las redes sociales brasileñas hubo durante todo la jornada intensas campañas que evidenciaron la polarización en el país por el caso del ex presidente, el político más influyente en Brasil en las últimas dos décadas. En Twitter los mensajes se dividían entre las etiquetas #LulaEuConfio (Lula yo confío) y #MoroOrgulhoBrasileiro (Moro orgullo brasileño).

Foto Ap Afp, Sputnik y Dpa
Periódico La Jornada

No hay comentarios: