Entrevista con Walter Zoss, responsable de la RINC-UNASUR
La lucha contra el
cáncer exige sinergias y cooperación internacional subraya el periodista
y comunicador Walter Zoss, gerente ejecutivo de la Red de Institutos e
Instituciones Nacionales de Cáncer de la UNASUR (RINC). Doble ciudadano
brasilero-suizo, desde 1992 se dedica a la comunicación corporativa. Del
Instituto Nacional del Cáncer de Brasil pasó en el 2012 a dirigir la
RINC-UNASUR -con sede en Río de Janeiro-, que reúne a doce países -todos
suramericanos- y siete naciones asociadas del resto del continente y el
Caribe. Entrevista.
¿A pesar de la juventud de esta
Secretaría de la Unión de Naciones del Sur, cuáles percibe como
principales logros en este corto periodo de algo más de cinco años de
existencia?
En este espacio se creó una dinámica nueva en
la cooperación regional para el control del cáncer y una "puerta de
entrada" para el intercambio de intereses y conocimientos de la Región
con las agencias y organismos internacionales. La RINC se consolidó
rápidamente como una estrategia innovadora de cooperación técnica,
integración regional y articulación entre instituciones públicas de
ámbito nacional para el control del cáncer. Está conformada por los
institutos o instituciones responsables de las políticas que se ocupan
del cáncer en los países suramericanos que integran la UNASUR y otras
naciones de América Central y del Caribe. Tiene un modelo de gobernanza
basado en principios de igualdad entre sus miembros, lo que constituye
un elemento esencial para el proceso de toma compartida de decisiones e
implementación de acciones. Esto ha permitido que los países mantengan
un contacto fluido y permanente, lo que facilita la transferencia de
conocimiento, el intercambio de experiencias y capacidades, así como el
desarrollo de estrategias comunes.
Logros, problemas, desafíos
¿Y si hablamos de resultados concretos, prácticos, de la RINC?
Son numerosos. El montaje de una red de 19 bio-bancos activos. La
elaboración de un Plan Regional de asistencia técnica e intercambio de
conocimiento para prevención y control del cáncer de cuello uterino. La
institución de un grupo operativo de registros de cáncer que apoyó la
implementación del Nodo Latinoamericano para Registros de Cáncer de la
IARC/OMS. Así como el desarrollo de un diagnóstico regional del cáncer
de mama con la visión de constituir en el futuro un Grupo Operativo
dedicado al tema. Hemos también creado un Grupo Operativo de
Comunicaciones con expertos regionales para temas de comunicación,
cabildeo y educación pública. Sin duda, el hecho de pertenecer a la
UNASUR -en tanto marco jurídico que cuenta con el apoyo formal de los 12
gobiernos suramericanos-, afianza aún más el funcionamiento de la Red
basado en este concepto de cooperación Sur-Sur.
¿Y los problemas o de tareas pendientes?
Hay aspectos que no han funcionado bien en la Red. Un problema que solo
ha ocurrido en algunos casos pero que es recurrente: la participación
no siempre efectiva ni regular de los gobiernos en la RINC. Se observa
discontinuidad y asimetría en la participación en las actividades,
resultado, a veces, de los cambios naturales de gobierno o por la falta
de priorización del control del cáncer en las políticas de salud pública
de algunos de los Estados miembros.
Además, la designación de
referentes nacionales ligada a situaciones de contextos políticos
internos de cada país no siempre es ideal y genera una pérdida de
oportunidades. Las personas que representan a los países, en algunos
casos, no son las que más conocimientos tienen sobre la situación. O
carecen de la autonomía necesaria para la toma de decisiones.
Sin embargo, esto no es un problema propio a la RINC, sino intrínseco a
la manera cómo funcionan los sistemas de salud en los diferentes países.
Es el precio que pagamos por el hecho de ser una red
intergubernamental.
Evidentemente que el problema es menor en
aquellas naciones suramericanas dónde las estructuras formales e
instancias jerárquicas de la UNASUR también ejercen una función de
control. Y es mayor en los demás países latinoamericanos que no tienen
un vínculo formal con la RINC.
¿Y el aporte de la RINC a la formación?
Constituye
una parte muy importante dentro de las estrategias de la RINC y fue
identificada como una prioridad en nuestra última asamblea anual
ordinaria del año pasado. La Red planteó la necesidad de intercambiar
información acerca de oportunidades de formación para profesionales de
salud tanto en relación a los programas de la RINC como a los sistemas
de salud. Un primer paso en este sentido lo constituye el 3er ESO-ESMO
Masterclass en Oncología clínica en Costa Rica en abril, que contó con
la participación de la Red.
¿Qué rol juega la prevención no
solo en la estrategia de la RINC sino también en los programas
específicos de lucha contra el cáncer en Latinoamérica?
En
la mayor parte de los países de América Latina y el Caribe no hay planes
nacionales para el control de cáncer, por lo tanto, las estrategias
específicas para la prevención de la enfermedad dependen de iniciativas
aisladas vinculadas a gobiernos o a instituciones privadas.
Sin
embargo, la mayoría tiene alguna acción de promoción social incluyendo
actividad física y alimentación saludable etc. Con respecto al control
de tabaquismo, la mayor parte de los países firmaron el Convenio Marco
de la Organización Mundial de la Salud para el control del Tabaco y lo
están implementando, pero con distintos niveles de efectividad. Por
ejemplo, Uruguay y Brasil, han alcanzado grados muy elevados en la
implementación de medidas contra el tabaquismo y han alcanzado
resultados notables disminuyendo el consumo del tabaco entre sus
poblaciones.
La adhesión de los países de América Latina a la
decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas acerca de las
Enfermedades No Transmisibles en 2011, y a la meta de bajar los índices
de incidencia en 25% hasta el año 2025, brindó una oportunidad para que
los gobiernos tomen medidas más efectivas contra el cáncer. Según la
Organización Panamericana de la Salud (OPS), hay países de la región que
no tienen un plan de cáncer, pero tienen un plan para confrontar las
enfermedades no transmisibles lo que constituye un factor positivo.
Con relación a la detección temprana en América Latina y el Caribe, el
cáncer de cuello uterino constituye un gran desafío. Es el segundo tumor
más diagnosticado entre mujeres y con un alto índice de mortalidad.
Produce 70 mil casos nuevos y más de 28 mil muertes anuales en la
región. Aunque se plantee que técnicamente es una enfermedad que se
puede erradicar, afecta a mujeres de todas las edades y especialmente de
las clases sociales más pobres. Por estas razones urge el máximo
compromiso de las autoridades de salud para bajar las cifras de este
tipo de cáncer. Las acciones de detección precoz y tratamiento del
cáncer cervicouterino son llevadas a cabo en muchos países
latinoamericanos a través de programas puntuales y no por programas
organizados. Lo mismo con el cáncer de mama, pero en un número menor.
Por esta razón, en la RINC, los países socios han escogido desde el
inicio como temas importantes, la prevención y detección del cáncer de
cuello uterino y de mama, buscando conformar Grupos Operativos que
brinden asistencia técnica e intercambio de conocimiento.
¿En
cuanto al combate global contra el cáncer cómo define la etapa actual
que transita América Latina? ¿Progresos evidentes, avances tibios,
estancamiento?
Creo que hay avances en la implicación
política de los Ministerios de Salud, de los Institutos de Cáncer, de
organizaciones públicas y privadas y también de la comunidad. Pero con
logros muy diferentes, no solo entre países, sino también entre las
regiones más pobres en un mismo país. La desigualdad es una impronta
característica de América Latina y el Caribe.
Cooperación regional, historia y presente
Algunos
países de la UNASUR han vivido en el último año y medio cambios
políticos, gubernamentales importantes. Me refiero especialmente a
Argentina y Brasil. ¿Han repercutido esos cambios en los programas de
prevención del cáncer y -en general- en las actividades promovidas por
la RINC?
Hasta el momento estos cambios no impactaron las
actividades de la RINC, pero ya se observa una reducción de las
expectativas con respeto a las iniciativas de cooperación regional.
En
momentos, justamente, en que avanzan los planteos tanto en Norteamérica
como en algunas naciones de Europa, de encerrarse más y más en sus
propias fronteras… ¿Cuál es la principal enseñanza en el tema de la
lucha contra el cáncer que puede presentar una institución de
integración regional?
El continente americano tiene una
importante experiencia histórica de cooperación regional en el área de
salud que se expresó en la creación de la Organización Panamericana de
Salud, que es la organización internacional especializada en la salud
pública de las Américas. Funge también como oficina regional para las
Américas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Responsable para
la implementación de acciones para enfrentar las enfermedades
infecciosas y transmitidas por vectores. Tuvo un rol importante en la
acción de coordinación, capacitación y entrenamiento.
¿Cuáles son las expectativas de la RINC-UNASUR en cuanto a la cooperación internacional?
Es siempre importante la colaboración en la capacitación técnica y en
la gestión de proyectos; la movilización y recaudación de fondos; así
como el apoyo para desarrollar acciones de monitoreo e investigaciones
científicas.
*Sergio Ferrari, en colaboración con el Bulletin Suisse du Cancer
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