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martes, 21 de julio de 2015

A reconocer las nuevas formas de colonización…


El día jueves 9 de julio en su reunión con los movimientos sociales, el Papa instó en su alocución a reconocer las nuevas formas de colonización que se dan a través ya no sólo del espacio económico, político y cultural sino sobre todo a partir de una penetración ideológica. Esto implica reconocer que el capitalismo como sistema que nos deshumaniza no se limita simplemente al ciclo vital de los sujetos sino que se ha perfeccionado hasta desarrollarse de una forma casi subrepticia e irreconocible a través de una dominación psicológica que penetra nuestros pensamientos asegurando la reproducción de una sociedad que naturaliza la dominación de sujetos dóciles que defienden los sueños del mercado como si fueran propios. La psicología juega aquí como en el pasado un papel fundamental en la elaboración del discurso de la nueva microfísica del poder.  

El estudio sobre cómo aprende el ser humano desde la psicología está estrechamente relacionado a la implementación de una nueva lógica de dominación que naturaliza el sometimiento en tanto es a partir de su aprendizaje en el mundo donde se instala esta lógica. La psicología del aprendizaje ha evolucionado desde el conductismo experimental que controla la conducta en base al castigo y/o recompensa, pasando por el constructivismo de un aprendizaje por etapas, hasta llegar al aprendizaje a partir de la imitación y donde el modelamiento de la conducta va en función de la imitación, del seguir a íconos con una carga simbólica importante en la sociedad (personajes famosos, políticos, académicos artísticos etc.) para lograr un reconocimiento social. En este sentido la televisión ha jugado un papel determinante en el modelamiento de la conducta de las nuevas generaciones instalando patrones de conducta, modas e ideas. Sin embargo un último estudio sobre las formas neuropsicológicas del aprendizaje es planteado por el modelo informático procesal que plantea un manejo más sofisticado de la información a nivel neuronal y en donde el aprendizaje se va modelando al nivel de la memoria a corto y a largo plazo.

Las nuevas generaciones van aprendiendo así desde la infancia patrones de conducta e ideas sobre la felicidad, libertad, realización personal, etc., que almacenan en su memoria a largo plazo. De esta manera y sin necesidad de mayor coerción en la adultez el sujeto solo repetirá hábitos aprendidos y almacenados en su memoria a largo plazo reactivados en primera instancia por la memoria a corto plazo a través de un estímulo sensorial (olores, sabores, perfumes, etc.) que lo retrotraen a la idea de felicidad aprendida y que buscará realizar en la vida real. De tal forma a pesar que la realidad le diga lo contrario el sujeto volverá a buscar la forma de realizar “ese sueño aprendido”, con la consiguiente frustración al no obedecer a la realidad circundante; como decía Bertolt Brecht hay dos maldiciones en la vida de un hombre una es no lograr su sueño y la otra lograrlo, aunque en otro contexto viene al caso sobre todo si pensamos que el sueño pasa no por el crecimiento de uno mismo sino por la búsqueda de una felicidad externa y que se ha aprendido bajo una adoctrinamiento destinado a reproducir el sistema de dominación.    

No otro objetivo tiene la cultura mediática, la  proliferación de música pornográfica que incita al libertinaje sexual en una subversión de la libertad y la felicidad; asimismo, la propagación de shows para alcanzar “el sueño prometido”, bailando, cantando, o haciendo cosas imposibles  etc., siempre sobre formatos de arte no para pensar sino simplemente para repetir movimientos, poses, consignas etc., que contribuyan a reforzar lo que debe ser el sueño de las personas que tengan algún don o talento y que buscarán a partir de él un reconocimiento en una sociedad que los ha vulnerado y hoy más que nunca los ha denigrado a partir de estas nuevas formas de sometimiento a través del bullying cibernético, social, familiar, etc.

Actualmente el uso de las redes sociales y el avance tecnológico que permite a los países en desarrollo acceder a un celular y el uso de Internet, más que para lograr una verdadera comunicación plural y diversa entre los pueblos del mundo o siquiera al interior de las sociedades, sirve para denigrar la dignidad de la persona y naturalizar la violencia y el sometimiento del otro en tanto su uso obedece a la publicidad de la intimidad del sujeto para la burla y el escarnio. Este juego de defenestrar al otro para sentirse alguien importante es una de las nuevas formas de penetración ideológica que destruye a quien se convierte en verdugo como a quien se convierte en víctima en tanto quien destruye teme ser destruido con las mismas armas como ser humano imperfecto.

Estas nuevas lógicas de sometimiento apuntan a reproducir sentimientos de autodestrucción en la persona, la culpa y la vergüenza en seres humanos preocupados por tapar sus imperfecciones antes que preocuparse por el futuro de su país. De esta forma las necesidades de los sujetos se pierden en la búsqueda incansable de la perfección física, mental o emocional de manera cada vez más fragmentada individual y no como sociedad. Pero más aún la reproducción de estas formas de sometimiento prepara sujetos para el sometimiento de una u otra forma en tanto quien destruye se convierte en autoridad pero también en sometido frente al otro, con mucha mayor razón si la autoridad tiene un reconocimiento social, académico, político, eclesiástico o incluso sanitario que le atribuyen la posibilidad de someter al otro bajo las mismas condiciones de escarnio y subordinación.

Ahora bien, ¿qué sucede cuando a este panorama sumamos el contexto socio económico en el que no ha cambiado la lógica de mayor ganancia al menor costo y donde por poner un ejemplo el sector de la salud nos muestra una sociedad cada vez más estresante, más enferma, más deprimida, más individualista? Como dice el Papa, nos limitaríamos a un diagnóstico pesimista que no solo no brinda salidas sino que además nos reduce a la inacción. Frente a esta realidad de imbricadas formas de sometimiento nos queda por el contrario la esperanza de sujetos que no se sumen a estas formas de penetración ideológica, que no permitan la naturalización de esta violencia y de estas nuevas formas de sometimiento con una nueva lógica de relacionamiento entre los individuos.

La defenestración del otro que no es otra cosa que la defenestración de uno mismo, alimenta el círculo vicioso e irracional de la culpa y la vergüenza de no ser perfectos, naturaliza el autoritarismo, la violencia el sometimiento sobre la denigración de la dignidad del ser humano sin dar lugar a la reflexión que una autoridad no es nombrada como tal para oprimir sino para servir a los intereses de la sociedad en su conjunto, sea política, eclesiástica, sanitaria, académica, policial etc., y que el poder no es un privilegio sino una responsabilidad. Ciertamente ahí donde el sistema se ha perfeccionado hasta penetrar ideológicamente nuestros pensamientos y condicionándonos a repetir sus consignas de libertad y de realización personal es donde el cambio parte de nosotros.

Para concluir me viene a la memoria una película sobre Margaret Thatcher en la que la protagonista decía: “mi padre me educó diciendo…vigila tus pensamientos, porque éstos se convertirán en actos y éstos en hábitos, aquellos en tu carácter y éste en tu destino”. Sin duda una razón más para seguir reflexionando no sólo en lo que pensamos sino sobre todo en el camino que estamos construyendo para nuestros hijos.     


http://www.alainet.org/es/articulo/171126

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