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domingo, 24 de mayo de 2015

Indígenas están acampados en Buenos Aires hace más de 90 días sin atención del gobierno


Adital
Hace más de 90 días, los indígenas de las comunidades Qom, Pilagá, Wichi y Nivaclé, de la Provincia de Formosa, están acampados en la Plaza de Mayo, centro de Buenos Aires. Ellos quieren llamar la atención del gobierno de la presidenta Cristina Fernández sobre la situación de los indígenas que mueren por causa de desnutrición, tuberculosis, Enfermedad de Chagas y también a manos de las fuerzas de seguridad. Los procesos para la investigación de los acusados por esos delitos continúan archivados.
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Indígenas de Formosa acampados hace más de tres meses en la Plaza de Mayo son ignorados por el gobierno federal y por los poderes legislativo y judicial.

Félix Díaz, qarashé [líder] de la comunidad Qom, señala que el campamento cuenta con todos los líderes de la ‘Qopiwini’, organización indígena formada este año por los pueblos que encabezan el movimiento. La Organización Nación Mapuche ya anunció que se sumará a la movilización, con la propuesta concreta de exigir el cumplimiento de todas las leyes sobre los pueblos originarios de Argentina, convenios internacionales y la formación de una mesa de trabajo para que el poder político escuche y reciba propuestas concretas de soluciones, análisis y respuestas también concretas.
Según Rubén Larrondo, werken [portavoz] de la Organización Nación Mapuche, Díaz contó la cruel realidad que sufren las comunidades de Formosa. Muchos sufren persecución policial. "Contamos esto para que las personas sepan que Formosa es un país aparte, parece que la justicia argentina no llega allí; hacen lo que quieren, matan cuando quieren, y dicen que murieron por borrachera, por ataque cardíaco; todo esto ratificado por los jueces y la policía.
Hombres y mujeres mueren por causa de la desnutrición, de la tuberculosis, del mal de Chagas, hechos que el Estado nacional negaría diciendo que son problemas ya superados, se lamenta Díaz. "Quisieron levantar un hospital en medio de la comunidad Qom, mi comunidad, y nosotros exigimos que se informe qué empresa iba a hacer la obra, plazos de ejecución y cuántos médicos iban a trabajar allá”, señala el líder indígena.
Según él, a causa de esto, el gobierno los acusa de no querer el hospital, cuando sólo quieren saber, detalladamente, el costo de la obra, porque muchas casas fueron construidas con material de pésima calidad y en un año ya se están cayendo, sin que se sepa cuánto costaron esas mismas casas, o están todas rajadas y las puertas no sirven más. "Cuando llueve se inundan las casas, y el gobierno intenta hacer creer que estamos integrados. Eso duele porque es utilizado dinero diciendo que es invertido en las comunidades indígenas. Tenemos un Centro Integrador Comunitario (CIC), construido por el Ministerio de Desarrollo Social, y hoy está abandonado, no hay médicos, y la ambulancia muchas veces no dispone de conductor”, señala el Qarashé Qom.
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Fuera de sus casas, de sus ciudades y lejos de sus familias, en Buenos Aires, los indígenas son reprimidos por la policía.



Díaz denuncia además que en el campamento de Buenos Aires también llegan policías, sacan fotos, y hasta tiraron una bomba molotov desde una motocicleta. La denuncia de estos hechos se hizo en la Comisaría, pero no fueron investigados, incluso con las cámaras de vigilancia que están alrededor de la Plaza de Mayo, podría ser identificado el agresor. "Además, nos involucraron en causas penales y civiles, armadas para detenernos”.
Según el líder Qom, desde el primer momento del campamento se enviaron notas a la Presidencia de la Nación, a la Cámara de Diputados, al Senado y a la Corte Suprema, pero sólo una fue respondida. "La única institución que nos convocó para una pequeña entrevista fue la Corte Suprema, pero a través de la Secretaría de Derechos Humanos”.
Félix Díaz recuerda también lo que él llama "pobre actuación” de los representantes del Inai [Instituto Nacional Indígena], afirmando que apareció un representante, un asesor jurídico del órgano, pero la única cosa que dijeron es que levantáramos el campamento, que volviéramos a Formosa y allá ellos gestarían una mesa de diálogo. "Pero no queremos esa promesa, queremos que sea firmado por escrito y que provenga del Poder Ejecutivo Nacional y sea designado un nombre que se responsabilice del problema”.
Agustín Santillán, indígena wichí de Ingeniero Juárez, extremo oeste de Formosa, denuncia que el último 24 de marzo fueron reprimidos cuando estaban en las márgenes de la carretera 81, pidiendo atención de salud, agua, educación y luz eléctrica. Según él, 100 policías avanzaron sobre hombres, mujeres y niños. Tres personas fueron heridas de bala. Santillán recibió tres tiros.
En la última semana, un grupo de legisladores nacionales de la Unidad Popular, Libres del Sur, Frente Progresista (CC-Ari), Proyecto Sur, Frente de Izquierda, partido GEN, Frente Cívico, Frente Amplio Progresista (FAP) y el Partido Socialista recibieron a los indígenas y solicitaron por escrito a Cristina Fernández y al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, que reciban a los pueblos originarios de Formosa.
Vea el video con la declaración en español de Félix Díaz sobre la movilización:

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