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jueves, 26 de febrero de 2015

Guatemala. Campesinos e indígenas contra empresa energética británica


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PIA.- La nacionalización de la energía eléctrica en manos de la británica Energuate es uno de los reclamos que moviliza a miles de indígenas y campesinos en Guatemala. En un trasfondo de saqueo y privatización, la millonaria multinacional logra acaparar desde el 2011 la complicidad del poder político, judicial, policial y parapolicial: su prontuario criminal contra los militantes populares incluye asesinatos y secuestros. El lunes, más de veinte cortes de ruta simultáneos reavivaron la resistencia guatemalteca que exige respuestas al Gobierno de Otto Pérez Molina.

Energuate –filial de la corporación británica Actis- es uno de los monopolios más resistidos en Guatemala desde su instalación en el país en el 2011, tras la compra de la distribución eléctrica que manejaba la española Unión Fenosa.  Ese mismo año comenzaron las movilizaciones de campesinos e indígenas contra los abusivos cobros por los servicios de energía. Se estima que la empresa recauda ganancias de más de 500 millones de dólares por año, lo cual representa el 6,12 por ciento del presupuesto general del Estado del 2014, calculó el investigador local Ollantay Itzamná, en base a datos oficiales.
El lunes, miles de campesinos e indígenas guatemaltecos cortaron al menos 20 puntos de rutas para exigir que la producción y comercialización de la energía eléctrica pase a manos del Estado. En las áreas rurales de Guatemala, denuncian los altos precios de las tarifas, las faltas de inversiones e incluso que deben pagar por servicio de alumbrado público en donde no lo poseen, citó El Periódico de Guatemala. Los cortes detuvieron vías estratégicas del país, incluso rutas internacionales que conectan con México, El Salvador, Honduras y Belice.
“Se debe a la poca voluntad política del Gobierno (del presidente Otto Pérez),  y Congreso de la República de no resolver los problemas estructurales del país y las demandas campesinas”, amplió el reclamo la Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (CNOC) quien convocó junto a Comité de Desarrollo Campesino (Codeca). Allí incluyeron la “desigualdad imperante producto del saqueo y privatización del país”, acceso a la tierra –ejecución de los 212 millones del Fondo de Tierra- y el cese de criminalización y encarcelamiento de los militantes.
ActisPero el saqueo y la persecución no son privativos de Actis. En Guatemala también actúan con impunidad empresas como  Hidro Santa Cruz, socia de la empresa española Hidralia Energía; la empresa minera canadiense Tahoe Resources; la minera estadounidense Kappes Kassiday & Asocciates. En dos años de gobierno de Otto Pérez Molina, al menos 30 dirigentes indígenas fueron asesinados en las resistencias contra esas corporaciones.
Saqueo y “prontuario criminal”
A la par de las denuncias por la usura de Energuate, comenzó la persecución contra las organizaciones populares guatemaltecas. Para Itzamná, la empresa británica tiene un “prontuario criminal”. En agosto del año pasado, efectivos de la Policía Nacional intentaron detener sin orden de captura a integrantes de CODECA bajo las directivas de la corporación británica, maniobra fallida por la rápida movilización.
Luego, “en la comunidad de Semococh, Municipio de Chisec, Departamento de Alta Verapaz, a unos 230 Km al norte de la ciudad capital de Guatemala, la Policía Nacional Civil respondió con armas de guerra, matando a tres indígenas movilizados, hiriendo a varias decenas, y capturando a varios”, precisó Itzamná en un artículo publicado en Rebelión.
Desde el 2012 hasta la actualidad, Energuate tiene numerosas denuncias por secuestros y detenciones ilegales, de las cuales logran liberarse los campesinos e indígenas tras el pago de fianzas económicas a la misma corporación. Para Itzamná, Energuaye-Actis tiene la capacidad económica “no sólo para torcer la voluntad de jueces, sino de autoridades políticas nacionales, departamentales y locales”. Además de corromper las estructuras comunitarias de los consejos comunitarios de desarrollo, utiliza el aparato de las fuerzas del orden, y grupos armados paraestatales, agrega en Rebelión.
guatemalaA ello se enfrenta un movimiento campesino indígena combativo: “los actuales movimientos indígenas y campesinos más beligerantes de Guatemala, nos guste o no, en buena medida, son el legado de las organizaciones guerrilleras. No sólo porque nacieron como extensión ideológica y social de algunos grupos guerrilleros, sino porque muchos de las y los activistas/dirigentes actuales de dichos movimientos son excombatientes guerrilleros. Por ejemplo, el Comité de Desarrollo Campesino (CODECA) tiene entre sus activistas/integrantes a varios ex combatientes de varios grupos guerrilleros (desperdigados con la firma de los Acuerdos de Paz)”,  sostuvo Itzamná en un artículo publicado en Rebelión.

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