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jueves, 22 de enero de 2015

El festín opositor en Argentina

 fiscal Alberto NismanPor Martin Hacthoun

Buenos Aires, 21 ene (PL) La denuncia al Ejecutivo hecha por el fiscal Alberto Nisman y la posterior muerte de este, han venido como anillo al dedo a la oposición argentina que intensifica una incisiva campaña contra el Gobierno al inicio de un año electoral.
Llamados a protestas callejeras, estridente ofensiva mediática en la que no falta la distorsión y cáusticas declaraciones de políticos opositores y hasta de dichos antigubernamentales de famosos de la farándula, retumban hoy en la escena argentina.

Las formaciones opositoras parecen estar desesperadas por derrocar el modelo popular nacional que inició Néstor Kirchner en 2003 y ha venido ampliando Cristina Fernández en sus dos mandatos.
 La imputación de Nisman contra la Presidenta y su Canciller de encubrir la presunta implicación de Irán en un atentado en 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) a cambio de petróleo, es considerada por expertos locales como de escaso sustento y que podría ser fácilmente desenmascarada en un tribunal.

Sin embargo, los que la concibieron lograron el objetivo que perseguían de desatar el escándalo político, que se hizo más retumbante tres días después con la "muerte dudosa" de Nisman, según señala el expediente de la fiscal que investiga el caso, Viviana Fein.

Con ello dieron armas a las fuerzas de dentro y de fuera, afanadas en que no vuelva a triunfar en las elecciones del 2015 en Argentina, que cierra el ciclo electoral en Sudamérica, un proyecto de carácter popular progresista.

Por otra parte, la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) demandó en un comunicado el total esclarecimiento de la muerte del fiscal, e instó a que "este suceso no debe ser materia de especulación política, de la que se pretende sacar rédito electoral".
Para la agrupación sindical es evidente que el clima generado a partir de la muerte del fiscal Nisman pretende ser aprovechado por estos mismos grupos de poder que sueñan con "el fin de ciclo" para cortar de cuajo el proceso de verdad y justicia iniciado en el 2003.

Con esto -recalca- también quieren frenar los avances en la distribución de la riqueza y, más recientemente, "la reivindicación de nuestra soberanía nacional ante la embestida de los fondos buitres con la restauración neoliberal".

Para ello buscan que este gobierno llegue a su fin en un escenario de caos e ingobernabilidad, que borre del imaginario colectivo la reivindicación del Estado como garante de políticas públicas, la integración regional y el crecimiento económico con inclusión social, advierte la CTA.

Demanda, a su vez, sacar a la luz "el entramado mafioso que desde hace décadas y pese a los 31 años de democracia, sigue actuando como un poder fáctico con capacidad de desestabilizar gobiernos y de generar zozobra en la ciudadanía".

Claudio Lifschitz, abogado y testigo principal de la causa AMIA, consideró que la denuncia del fallecido fiscal "tiene una obligada vinculación con personal de Inteligencia que fue separado del cargo" en diciembre por la Presidenta.

Entre otros apartados está Antonio Stiusso, exdirector de Operaciones de Contrainteliencia, quien luego de entregarle las grabaciones de las pinchaduras telefónicas a Nisman, abandonó el país, según el político y escritor Miguel Bonasso.

Stiusso fue el enlace en Argentina de la CIA y el Mossad, el servicio secreto israelí, según ha trascendido, mientras documentos confidenciales revelados por Wikileaks indican que Nisman estaba vinculado a la embajada de Estados Unidos, interesada en que su investigación estuviera dirigida contra Irán.

En opinión de Lifschitz, la imputación es "un contragolpe de los aparatos de inteligencia" y, sin dar nombres, señaló entre sus autores a "personas de las que Nisman fue vocero de sus tesis y teorías" sobre el atentado de 1994.

"Sabemos que estas personas separadas son las que llevaron a Nisman a esta posición respecto al memorando con Irán, y ese desacuerdo, sumado a las demociones de funcionarios, motivaron ese apuro en la presentación de la denuncia".

De acuerdo con algunos criterios, hasta su muerte pudiera emanar de toda esa vinculación y fuertes presiones. La fiscal que investiga el caso la sigue considerando un suicidio pero no descarta el homicidio.

Según esas mismas fuentes, tras ser utilizado durante 10 años, Nisman pudo haberse convertido en una pieza descartable y después de desatado el escándalo político, su eliminación pudo ser una opción, más cuando contribuiría a exacerbarlo.

Todo parece indicar que solo la investigación de la fiscal Fein puede llegar a la verdad de lo sucedido, si encuentra las evidencias y las circunstancias y su propia voluntad se lo permiten.

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