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jueves, 27 de marzo de 2014

Segundo triunfo del FMLN engrosa memoria política de El Salvador

Por Odalys Troya
San Salvador, 27 mar (PL) La entrega de las credenciales a Salvador Sánchez Cerén y Ã"scar Ortiz, de presidente y vicepresidente electos de El Salvador, cierra un capítulo que pasará a la historia por el segundo triunfo consecutivo del FMLN en elecciones.
Se habrá de recordar, además, por que uno de los líderes históricos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), firmante de los Acuerdos de Paz en 1992 en Chapultepec, México, asumirá la silla presidencial de un país que estuvo gobernado durante dos décadas por la derecha.

Y también quedará en la memoria electoral toda la sombra de incertidumbre, preocupación e intranquilidad hasta niveles graves generada por Alianza Republicana Nacionalista (Arena) al saberse perdedor.

El colofón de lo pudiera llamarse crónica de una derrota anunciada -parafraseando al gran escritor- fue el dictamen de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia que declaró improcedentes los recursos interpuestos por Arena para el conteo voto por voto.

Cuando el pasado 9 de marzo que se celebró la segunda ronda comicial, y el escrutinio preliminar daba como victoriosa a la fórmula presidencial del FMLN, Arena se insubordinó y pretendió crear un escenario de desestabilización en el país.

El excandidato Norman Quijano dijo que en Arena tenían su "propio recuento" que les otorgaba el triunfo.

Aseguró que él y su partido estaban en pie de guerra, miembros del Ejército estaban pendientes del resultado de esta elección presidencial y que la Fuerza Armada estaba "lista para hacer democracia".

La postura agresiva del partido perdedor que mucha gente de pueblo calificó de "patadas de ahogados" estuvo matizada con cierre de calles, quema de llantas, denuncias de supuestos fraudes, e interposición de recurso ante distintas entidades como el TSE, entre otras. Todo con amplio apoyo mediático.

Pero cada uno de sus ardides -dicen que para quedar bien con sus financistas o para demorar un juicio contra el expresidente Francisco Flores (1999-2004) envuelto en un gran escándalo de corrupción- fueron desmontados uno a uno.

La mayoría de los salvadoreños rechazaron los actos callejeros, el TSE, no permitió que miembros de Arena dilataran el escrutinio, la FAES rechazó de plano las palabras de Quijano y ministros y funcionarios desmintieron acusaciones como la votación masiva de reos, entre otras.

La ventaja de seis mil 364 votos del FMLN le pareció poca a la cúpula del partido de derecha y se valió entonces de cuanto pudo la imaginación para descalificar un proceso legítimo, transparente, avalado por miles de observadores nacionales y extranjeros.

De acuerdo con la ley, en la segunda ronda de las presidenciales en El Salvador, se gana por mayoría de sufragios, incluso por uno solo.

La sorpresa para muchos fue que los 10 puntos porcentuales que obtuvo el FMLN por encima de Arena en la primera vuelta del 2 de febrero, y que según las encuestas la ventaja sería mayor para el 9 de marzo, se redujo a menos de uno.

Sin dudas, buena parte de quienes votaron por la coalición Unidad, formada por los partidos de derecha Gran Alianza por la Unidad Nacional, de Concertación Nacional y Demócrata Cristiano, lo hicieron por Arena, por la coincidencia ideológica.

También se dice, incluso el presidente del país, Mauricio Funes, aseguró la existencia de pruebas, que alrededor de 300 empresas presionaron a sus trabajadores para que votaran por Arena.

A este contexto se suma la campaña proselitista impulsada por el partido perdedor que fue calificada "de miedo", por apelar a los sucesos violentos generados en Venezuela por la oposición y que medios salvadoreños al servicio de Arena, atribuían al gobierno de Nicolás Maduro.

Algunos analistas no consideran casual esos acontecimientos en el país suramericano, manipulados por el gran monopolio de la información del continente y allende el Atlántico.

Los relacionan con varios procesos electorales que se desarrollaron en las semanas recientes aquí en El Salvador, en Costa Rica, en Ecuador y Nicaragua, donde la contienda fue entre dos modos de desarrollo.

Lo cierto es que el FMLN ganó de manera sólida con un millón 495 mil 815 votos (el mayor número de sufragios en la historia democrática de esta nación) y que el líder guerrillero quien sueña con un país sin pobreza y justo, asumirá el 1 de junio la presidencia por los próximos cinco años.

tgj/otf

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