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viernes, 21 de junio de 2013

Canal interoceánico en Nicaragua y efectos posibles sobre la cuenca del San Juan


Costa Rica


Revista Amauta

En el transcurso de la semana pasada, una nota de prensa refirió a la posibilidad de que China haya variado la ruta del canal interoceánico proyectado en Nicaragua tomando en consideración una petitoria oficial hecha por parte de Costa Rica para que se “alejara” del Rio San Juan.

China en la región

Como bien se sabe, Costa Rica es el único Estado de la región centroamericana en haber cesado relaciones diplomáticas con Taiwán y en haber establecido relaciones diplomáticas oficiales con China (de manera algo sorpresiva en el 2007): los cables difundidos por la organización Wikileaks evidencian la total sorpresa del aparato diplomático de EEUU en San José (usualmente bien informado). Leemos incluso que la sorpresa lo fue también para Taiwán, y que Costa Rica con esta decisión buscó adelantarse a Nicaragua: “El Gobierno de Taiwán estaba convencido de que sería Daniel Ortega, en Nicaragua, quien lo abandonaría para abrazar a China, según le manifestó Huang a Stephen M. Young, director del Instituto Americano en Taipéi. Esa fue una de las razones por las que el gobierno de Óscar Arias adelantó la decisión de reconocer a China. No quería estar en la posición de “seguir a Nicaragua” en ese tema, le dijo Bruno Stagno al embajador Mark Langdale, según otro de los cables” (ver nota de prensa).

El canal proyectado en Nicaragua

Como habíamos tenido la oportunidad de hacerlo ver en una nota de hace un año, varias rutas posibles para esta vía interoceánica han estado en estudio desde varios años en Nicaragua. Anunciada el 5 de junio del 2012 por parte del Ejecutivo de Nicaragua, el Congreso de Nicaragua adoptó en julio del 2012 la ley que establece la nueva Autoridad a cargo del Canal (ver texto). Las autoridades de Nicaragua anunciaron recientemente que el canal proyectado no usaría la vía fluvial del Río San Juan. No obstante, la nueva ruta que utilizaría este proyecto – y cuya ubicación exacta aún no ha trascendido oficialmente – ha despertado dudas en la misma Nicaragua por parte de diversos sectores así como por parte de especialistas en materia ambiental. En efecto, y sin que se conozca con exactitud cual será la ruta escogida, se habla en medios de prensa de un canal con un ancho de 20 metros, una profundidad de 24 metros y de hasta 286 kilómetros de largo de la futura vía interoceánica proyectada por la empresa china a cargo de este megaproyecto. Para tener una idea, el Río San Juan cuenta con unos 210 kilómetros desde su salida del Lago de Nicaragua hasta su desembocadura en el mar, con una profundidad variable que en algunos casos no supera unos cuantos metros, y un ancho muy variable desde su salida del Lago hasta su desembocadura San Juan del Norte. En nuestra opinión, y pese a las buenas relaciones existentes entre Costa Rica y China, Costa Rica no debiera conformarse con este “alejamiento” (según el vocablo de la nota de prensa antes citada) del proyecto de canal del Río San Juan: en efecto, el nombre antiguo de este rio es “Rio Desaguadero” del Lago de Nicaragua y a la fecha no se tiene información técnica sobre la proporción existente entre el caudal del desaguadero natural del lago (el Río San Juan) en relación con el desaguadero artificial planeado (el canal interoceánico).
Una zona vulnerable
Tratándose de una zona que es y será impactada por cambios en el régimen de precipitación en años venideros, y de una zona rica en biodiversidad particularmente sensible a las variaciones que pueda sufrir el delta del San Juan (en particular a partir de la bifurcación del río San Juan con río el Colorado), ambos Estados ribereños del San Juan deberían (de mantenerse la idea de realizar esta obra colosal) encontrar un acuerdo para garantizar que siga fluyendo por el río San Juan un caudal ecológico o lo que se denomina en la literatura moderna especializada el “caudal ambiental”, tal como definido en la Declaración de Brisbarne del 2007, que se caracteriza de la siguiente manera: “ Los caudales ambientales incluyen la cantidad, periodicidad y calidad del agua que se requiere para sostener los ecosistemas dulceacuícolas, estuarios y el bienestar humano que depende de éstos ecosistemas”. La biodiversidad existente en ese parte del mundo depende en gran medida del equilibrio en relación a las aguas que hacia ella fluyen, tanto en relación a su calidad como a su cantidad y periodicidad.
Bien es sabido (para dar tan solo un ejemplo), que el déficit de aporte de sedimentos en un río causa modificaciones en la geomorfología de su delta, favoreciendo años más tarde la erosión marina y una desestabilización del litoral: desde muchos años los geógrafos se han interesado por la geomorfología particularmente dinámica de las desembocaduras de los ríos en el Caribe centroamericano, que complica singularmente las operaciones de delimitación marítima (Nota 1).
Por otra parte el Lago de Nicaragua, masa lacustre de 8.000 kilómetros cuadrados, ubicado en territorio de Nicaragua, no es del todo ajeno a los acuíferos que existen (en Nicaragua) y a los posibles acuíferos transfronterizos o acuíferos compartidos entre ambos Estados: ejemplo de ello es el acuífero compartido recientemente detectado en la cuenca del Río Frío entre Costa Rica y Nicaragua; o bien el acuífero regional detectado en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto minero ubicado en Las Crucitas. Sobre este punto, cabe señalar que desde el años 2009 las Naciones Unidas han elaborado una guía básica para orientar a los Estados en esta delicada labor (la gestión conjunta de acuíferos compartidos). La implementación de esta guía sigue siendo muy esporádica en el caso de los acuíferos transfronterizos de Centroamérica (véase nuestro modesto estudio: Acuíferos transfronterizos: respuestas del derecho internacional, vacíos en Centroamérica“). Este conjunto de reglas para el manejo de acuíferos compartidos tampoco ha logrado encontrar eco en las diversas instancias regionales ambientales y/ o en programas o entidades relacionados con el recurso hídrico, pese a constituir un tema estratégico de cara al futuro, en particular en la región centroamericana.
Caudal ecológico: recientes manifestaciones
La Declaración de Brisbarne del 2007 es clara en el sentido que toda obra de desvío de aguas debe garantizar un caudal que garantice la existencia de ecosistemas, comunidades ribereñas así como de estuarios y deltas. Uno de los recientes casos en los que se ha aplicado la noción de “caudal ambiental” en el manejo conjunto de un curso de agua internacional entre dos Estados se puede encontrar en la Minuta 319 adoptada en noviembre del 2012 entre Estados Unidos y México en relación al desvío de las aguas del Río Colorado por parte de EEUU (ver texto completo). En relación a un río nacional en Costa Rica, se tiene conocimiento de esta reciente propuesta metodológica hecha a las autoridades de Costa Rica en relación a un caudal ambiental para el Río Tempisque (Nota 2).
Conclusión
En el año 2002, la prensa en Costa Rica había informado sobre la merma del caudal del río San Juan en el época seca (ver nota de prensa) así como en unos años después, en el año 2006 (ver nota de prensa con ilustrativa foto). Dicha merma de caudal también afecta el denominado “brazo” del rio Colorado (ver nota de prensa del 2013 con foto aún más sugestiva), río costarricense que alimenta los ecosistemas de gran parte del Caribe Norte. Nos permitimos reproducir en el marco de esta modesta nota la foto de una familia caminando por el mismo lecho del Rio San Juan durante la época seca (sacada del artículo de La Nación del 2006 ante señala), la cual da una idea de las características geográficas tan peculiares del río San Juan.
Si bien algunos analistas (Nota 3), han desde ya anunciado las ambiciones geopolíticas que pretende China con este mega proyecto en la región (y que la forma apresurada de aprobar en relación a la ley que la concesiona el pasado 13 de junio por parte de la Asamblea de Nicaragua pareciera confirmar), el conocer (en el preciso ámbito de la compensación por caudal ambiental), la experiencia de China y de las empresas de este país a cargo de grandes proyectos de infraestructura realizados (ya sea en China y/o en diversas partes del mundo) sería altamente deseable.
Notas
Nota 1: Véase por ejemplo, SANDNER G & RATTER B., “Topografical problem areas in the delimitation of maritime boundaries and their political relevance: case studies form the Western Caribbean”; 15, Ocean and Shoreline Managment (1991), pp.239-308.
Nota 2: Ver documento presentado en el 2012 por la Universidad de Florida y la UCR: Environmental Flow Policy Analysis for the Tempisque River, Costa Rica: Employing Stakeholder Driven Data Collection to Inform Water Management Decisions“.
Nota 3: El pasado 13 de junio del 2013, Nicaragua adoptó la ley que aprueba la concesión del canal por parte de Nicaragua a una firma china, en medio de protestas callejeras y de la oposición de varios sectores políticos en Nicaragua, incluyendo al sector ambiental preocupado por la mayor reserva de agua dulce que constituye el Lago de Nicaragua. Véase, desde la perspectiva geopolítica, el análisis de BBC Mundo, en la nota de Alberto Najar: “Que gana China con el canal de Nicaragua?“.
Nicolás Boeglin es profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica (UCR)
Fuente: http://revista-amauta.org/2013/06/canal-interoceanico-en-nicaragua-y-posibles-efectos-en-cuenca-del-san-juan-y-en-costa-rica/

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